Este artículo fue escrito por Belén Bonilla, Equimundo. La entrevista fue realizada por Nina Ford, Equimundo.
Las expectativas rígidas de la sociedad sobre el papel de los hombres y las mujeres en el cuidado de los niños a menudo impiden que los padres participen plenamente en la vida de sus hijos. En Bulgaria, la campaña MenCare está desafiando estas normas y estereotipos inequitativos para lograr una mayor participación de los hombres como cuidadores en igualdad de condiciones en la escuela y en el hogar.
“Aún existe un consenso en cuanto a que los hombres deben ser los principales sustentadores de la familia y las madres deben encargarse del cuidado de los niños y de la casa”, dijo David Kiuranov, coordinador del programa de la campaña “Ser padre” de MenCare Bulgaria, hablando sobre lo que significa ser padre en la sociedad búlgara actual. “Se podría decir que hay cambios, pero, estereotípicamente, todavía se espera que los hombres –y ellos esperan de sí mismos– sean quienes mantengan a sus familias”.
Para cambiar esta realidad, David reconoce que los estereotipos que influyen en la forma en que los hombres y las mujeres ven sus propios roles en la sociedad búlgara también afectan la forma en que las mujeres ven la participación de los hombres. “No debemos olvidar que no solo los hombres comparten ideas sobre las masculinidades tradicionales. Hay muchas mujeres que también se han criado y educado en este entorno. También creen que los 'hombres de verdad' no cambian pañales”.
Para desarraigar las normas rígidas de los hogares y las escuelas búlgaras que impiden a los hombres realizar tareas de cuidado hay que empezar por cambiar la narrativa en torno a los roles tradicionales de hombres y mujeres.
Cambios en las normas sobre el cuidado en el hogar
En la Asociación Roditeli (“Padres”), David está trabajando con otros socios de “Ser papá” para promover la idea de que tanto las mujeres y Los hombres pueden ser cuidadores y sustentadores de familia, fomentando una distribución más equitativa de estas responsabilidades y aliviando la presión sobre las familias para que se ajusten a modelos obsoletos de trabajo remunerado y no remunerado.
“Hay muchas familias que son pobres y muchos hombres sienten muy fuertemente la presión de tener que ser quienes sustenten a la familia”, dijo David.
De manera similar, aunque el papel de las madres es respetado en la sociedad búlgara, continúa limitado a la esfera doméstica.
“En la conciencia pública hay una fuerte presencia de la influencia que tienen las madres en el desarrollo de sus hijos”, explicó David. Sin embargo, esa percepción también suele limitar a las madres a ser las principales cuidadoras en el hogar.
A través de eventos y campañas de la campaña “Ser Papá”, David espera ampliar la forma en que hombres y mujeres ven sus roles y alentar un cambio hacia una mayor igualdad.
Cambios en las normas sobre el cuidado en la escuela
En Bulgaria, el trabajo de la campaña MenCare en el sector educativo ha revelado que históricamente los padres están ausentes en lo que se refiere a la participación en la escuela. “La madre es la persona que tradicionalmente está presente en la escuela aquí en Bulgaria”, dijo David.
Para cambiar esta realidad, la campaña creó eventos escolares dirigidos a los padres, fomentando su colaboración activa con los maestros y sus relaciones positivas con sus hijos.
“Tradicionalmente, los maestros ven a los papás como un recurso para arreglar algo en el aula o en el patio de la escuela. Pero, ¿venir a un evento? ¿Padres que visitan la escuela para un evento centrado en la relación entre padre e hijo? Eso fue realmente inspirador para los maestros”, dijo David.
Como resultado de estos acontecimientos, los profesores han comenzado a sentirse más cómodos trabajando con padres y madres para garantizar el éxito educativo de los niños.
De cara al futuro, David y la campaña “Ser papá” están trabajando para desarrollar más políticas escolares que apunten a la participación de los hombres en la vida de sus hijos.