Los grandes padres no nacen, se hacen. Involúcrate, haz lo mejor que puedas y enfrenta cada desafío, día tras día, paso a paso, incluso si ese paso es simplemente llevar a tu hija a la clase de judo después de la escuela.
Cuando dedicas tiempo a cuidar a tus hijos, todos ganan.
Tus hijos no solo apreciarán cada minuto que pasen contigo, sino que su madre tendrá más tiempo para dedicarse a sí misma, a su carrera y a tu familia. Y descubrirás que ser padre es increíblemente gratificante... y cada día resulta más fácil.