Es posible un futuro más esperanzador y más igualitario. Cuanto más sepan nuestros hijos y cuanto más avancen en la escuela, más grande será su futuro. Y ese futuro, tanto para las niñas como para los niños, comienza en casa.
Cuando enseñas a tus hijos que todas las personas –niños o niñas, de diferentes orígenes, homosexuales o heterosexuales– deben ser tratadas de manera igualitaria y respetuosa, también les estás enseñando que ellos también merecen un futuro lleno de oportunidades e igualdad. Es una lección poderosa que recordarán por siempre.