En Italia, como en otros lugares, dar a luz durante la COVID-19 ha sido un evento solitario y estresante para muchas mujeres, y los padres o parejas generalmente se han mantenido alejados.A medida que la pandemia evolucionó, aparecieron nuevas evidencias científicas y protocolos operativos en relación con el embarazo, el parto y la lactancia. Sin embargo, lo que recibió poca atención fueron los protocolos en torno a la presencia del padre, o de quien la madre desee tener a su lado, durante el parto. Parecía que no se consideraba una necesidad científica y basada en evidencia en los protocolos sanitarios locales contra la COVID-19 permitir la inclusión del padre/pareja, o de una "persona que acompañe a la madre" durante el parto, aunque fuera para apoyar a la madre y facilitar el vínculo temprano entre padre e hijo. Se percibía como una opción o un "lujo" que podía descartarse fácilmente en una situación difícil o incierta.
A pesar de esta percepción, algunos hospitales y profesionales de la salud hicieron valientes esfuerzos para adaptar los protocolos, manteniendo la seguridad, con el fin de proteger y promover la relación madre/padre/hijo, incluso durante la pandemia. Entre ellos se encontraban medidas obvias, aunque lamentablemente no generalizadas, como la alternancia de la presencia de los padres durante la estancia hospitalaria, lo que permitió que todos los compañeros de las madres que compartían habitación pasaran un tiempo seguro con la madre y su hijo durante el día; la alternancia al 50/50 de la presencia de la madre y el padre/pareja en las unidades de cuidados intensivos neonatales; y, sencillamente, el uso de EPI (equipos de protección individual) para los padres durante el parto.
Socios de MenCare en Italia: la red il Jardín de los Padres Dirigido por Cerco de los hombres de Turín – reunió estas experiencias de mejores prácticas en un conferencia webinar organizado – junto con la prestigiosa Instituto Italiano de Salud (ISS) – en el contexto de la Proyecto UE PARENT (Portugal, Italia, Austria, Lituania). La conferencia contó con la asistencia durante tres horas de trescientos profesionales de la salud de toda Italia (ginecólogos, matronas, pediatras, neonatólogos, enfermeras pediátricas, visitadores sanitarios), además de socios colaboradores como UNICEF, con ponentes que presentaron no solo su experiencia sino también la evidencia y los datos científicos más actualizados. El objetivo era difundir y extraer lecciones de estas mejores prácticas para que un nuevo brote o una nueva pandemia no tomara a los servicios de salud desprevenidos. Los comentarios de los participantes, que interactuaron durante todo el evento mediante preguntas y respuestas, fueron entusiastas. Como dijo un participante de Sicilia: “¡Muchas gracias por demostrarnos que se puede hacer, incluso durante una pandemia!”